Este es mi Blog Personal dedicado a la sexología.
En el se trataran fundamentalmente los conceptos de: sexuación, sexualidad, erótica, amatoria, pareja y procreación; que articulan el Hecho Sexual Humano. Veremos como se viven los mismos desde nuestros modos (hombre o mujer), matices (homosexual o heterosexual) y peculiaridades.
Espero que disfrutéis mucho y poder teneros pronto de vuelta!!

sábado, 24 de julio de 2010

Peculiaridades eróticas, sadomasoquismo

Consulta:

Quiero saber que tipo de parafilia es.
Me gusta ver violaciones sadomasoquistas y videos en Internet de humillaciones, las caricaturas japonesas eróticas. Padezco algún tipo de parafilia.


Mi respuesta:

Hola Usuario,

Antes que nada me gustaría darte las gracias por depositar tu confianza en nuestra página de INCISEX, y despejar aquí tus dudas.

Lo que estás planteando en tu consulta bajo el acrónimo de “parafilia”, son en realidad “peculiaridades eróticas”, es decir, peculiaridades relativas a los deseos.

Hablar de “parafilias”, desde un punto de vista psiquiátrico, equivale a hablar de “trastornos mentales” (expresión que tiene como base, y a la cual da forma, el DSM IV).

Actualmente utilizamos este vocablo para referirnos a “todos aquellos deseos que no conducen a la penetración o no forman parte del modelo basado en la cópula”. De esta forma, si buscamos en la “wikipedia” el término “parafilia”, encontramos definiciones como estas:
“Patrón de comportamiento sexual en el que la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en alguna otra actividad”

Según esto, el encontrar excitación en objetos, situaciones… que No forman parte de los estímulos normativos basados en el coitocentrismo, es considerado como una parafilia. Ahora bien, si la fuente predominante de placer es el coito, ¿no tenemos acaso la mayoría algún tipo de “parafilia” en mayor o menor grado? ¿realmente somos todos tan diferentes como pensamos? ¿no hay en la erótica humana muchas peculiaridades del deseo que no tienen como objetivo el coito, y mucho menos la reproducción?

No resulta extraño con este panorama que las personas, absorbidas por esta visión clínica centrada en el déficit, se autodiagnostiquen a través de preguntas como: ¿tendré algún problema? ¿tengo yo esa parafilia? ¿es eso grave o peligroso? El miedo a que se confirmen sus sospechas les produce un sentimiento de culpa y vergüenza.

Por ello, pasar de una línea patologizadora de “trastornos” y “parafilias”, a una línea sexológica basada en el Hecho Sexual Humano, desde el cual se promueve la diversidad erótica, y por ende, la idea de “peculiaridades eróticas”, nos permite salir de la dicotomía de normal-anormal, y que la persona se sitúe desde una perspectiva distinta a la hora de reflexionar y analizar su peculiaridad. Es decir, si nos situamos desde la sexología no hablaremos de trastornos o parafilias (a excepción de algunos “sexólogos” obcecados por su afán de diagnosticar y patologizar), sino de particularidades o peculiaridades eróticas. Esto, no implica que no aceptemos que haya problemas causados por trastornos mentales orgánicos, lo que pasa es que estos son mínimos o de carácter puntual. Es por este motivo ilícito sacrificar peculiaridades eróticas comunes por los problemas de una minoría, ¿no te parece? ¿desde dónde prefieres situarte tú?

Ahora, dejando esto a parte, y si me lo permites, vamos a hacer un pequeño experimento contigo (pero prometo que no te dolerá, será un experimento imaginario). Suponte que todavía no has nacido, y como yo quiero una persona como tú, he decido construirte tal y como eres ahora. Bien, (entendiendo que me has dado tu permiso ;) ) ¡vamos manos a la obra! Cogemos algunos ingredientes que necesitamos para construirte: un poco de genes y hormonas, una pizca de una determinada educación, un leve espolvoreo de ciertas experiencias, y decenas de otros mecanismos de sexuación… ¡y eso es todo lo que hace falta para formarte!

Todas esas “pizquitas” en determinadas cantidades y dispuestas de una forma tan concreta hacen que seas la persona que eres, y que no puedas ser otra. Es una disposición tan especializada y tan particular que nunca se ha intentado antes y que sólo existirá esta vez.

Durante tu proceso de sexuación (ese camino que se produce desde que naces hasta que mueres y que hace que sea quien eres), y gracias a todos esos “ingredientes” agrupados de esa manera tan servicial, vas descubriendo tus deseos y configurando tu erótica (esa erótica es solo tuya, y no habrá nadie que se sienta atraído por las mismas cosas ni del mismo modo que tú). Durante esa búsqueda, has descubierto algo que te gusta y te produce placer: el sadomasoquismo.

Como ves, los deseos eróticos no atienden a normas, sino que se van descubriendo y cultivando a lo largo de nuestra vida. Hay dos formas de desarrollar o disfrutar estos deseos: a través de las fantasías, y a través de las conductas (gestos):

Respecto a las fantasías eróticas (“lo que se imagina”) tienen la ventaja de no tener consecuencias, por ello, podemos imaginar todo lo que deseemos, porque nadie más que nosotros es dueño de nuestros pensamientos. Las fantasías pueden ser un buen recurso cuando no queremos o no tenemos con quien compartir nuestras peculiaridades eróticas. Estas fantasías de sadomasoquismo, como en tu caso, has decidido cultivarlas a través de videos, caricaturas…
Respecto a nuestras conductas (“lo que se hace”), tienen el inconveniente de que al tratarse de prácticas reales, entran en juego diversos aspectos como por ejemplo: que sean consensuadas (es decir, que los participantes estén de acuerdo sobre la forma e intensidad con la que se realicen), que sean seguras (establecer los límites), etc.
¿Cómo prefieres vivir tu peculiaridad, a través de las fantasías, o de la práctica?

Muchas de estas peculiaridades (las mal llamadas “parafilias”), están presentes en gran parte de las fantasías y juegos eróticos de muchas parejas, y en representaciones eróticas del cine y la literatura. De esta forma, personajes tan conocidos como Angelina Jolie, que se reconoce como una sadomasoquista, o Amy Winehouse, quien ha admitido que le gusta una sesión de azotes, o Quentin Tarantino, fetichista de pies femeninos (y que lo refleja en películas como: “Hill Hill” o “Pulp Fiction”), han hablado de sus peculiaridades eróticas. La antropóloga Nancy Friday, por ejemplo, cuenta que en su libro “mi jardín secreto”, la mayoría de fantasías eróticas que aparecen narradas por mujeres son las de corte sadomasoquista.

Dice en el DSM IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales)
“durante un periodo de seis meses fantasías sexuales recurrentes y altamente excitantes, impulsos sexuales o comportamiento” sobre dicha “parafilia”
(Patrones de conducta, de pensamiento, ¿y hasta de fantasías…?)

Te invito a que reflexiones sobre cuestiones como:
¿Se incorporan determinadas peculiaridades eróticas en el manual del DSM-IV bajo el acrónimo de “parafilias” como una forma de controlar la conducta y pensamientos inaceptables desde el punto de vista moral?
¿”criminalizar” las peculiaridades eróticas o cambiar la visión de la sociedad? ¿patología o tolerancia? ¿problema personal o social?
A algunos les gusta explorar sus peculiaridades eróticas fuera del modelo de la cópula ¿son por eso trastornados mentales o tienen parafilias?

Como puedes observar, las “parafilias” constituyen una creación cultural que varía de época en época y de cultura en cultura. Lo que es valorativamente normal para una cultura, no lo es para otra. Hay culturas en las que es normal propiciar cierta dosis de dolor mientras se practica el coito, en otras culturas basadas únicamente en la penetración, las caricias eróticas o los besos serían considerados una parafilia (en tanto que se desvían de la normalidad impuesta socialmente). Por tanto, las consideraciones acerca del comportamiento considerado parafílico dependen de las convenciones sociales imperantes en un momento y lugar determinados. Ciertas prácticas como: la felación, el cunilingus, la masturbación, o la homosexualidad, fueron consideradas “perniciosas” y “perversas” hasta mediados del S.XX. Lo que hoy en día nos parece absurdo, en su época fue normal.

En palabras de Havellock Ellis: “En el Hecho Sexual Humano se dan más variedades cultivables, que trastornos curables”

Estas peculiaridades eróticas cultivables nos ayudan a distinguirnos del resto, y nos hacen ser los sujetos sexuados tan especiales que somos… únicos, singulares e irrepetibles ¿no crees?

Un fuerte abrazo y… ¡cultívate! ;)

Si quieres comentar, matizar o consultarnos de nuevo otra pregunta que os surja, será un placer atenderla.

Asesor Incisex:

IRIA

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